Chantaje emocional: cómo detectarlo a tiempo

15 Jul 2024

¿Tienes la sensación de que otra persona te hace sentir mal solo por haber puesto límites? ¿Has acabado haciendo algo que no querías solo para agradar al otro y quitarte un sentimiento de culpa? Si actualmente te están haciendo sentir de esta forma, es posible que estés siendo víctima de chantaje emocional.

¿Qué es el chantaje emocional?

El chantaje emocional es una técnica de manipulación que utiliza una persona con el fin de manipular a otra, y conseguir lo que desea a través del sentimiento de culpa que esta te genera. El chantaje emocional puede aplicarse en cualquier contexto, pero es especialmente dañino cuando ocurre de forma frecuente en el ámbito familiar o de pareja, ya que la persona que lo sufre se ve anulada y orienta su comportamiento a cumplir los deseos de otro, siendo incapaz de establecer límites y generando una sensación de abatimiento con la relación.

Signos de chantaje emocional

  • La persona se autocastiga a sí misma con el fin de que te sientas responsable de su estado emocional. Esto da lugar a que tengas que aparcar cómo te sientes tú, e inviertas tu tiempo en consolar a la otra persona.
  • Amenazas que atentan contra la salud física. El chantajista hace uso de su estado de salud para manipular a la otra persona, haciéndole ver a otro que dicho estado empeorará si no cumple con sus deseos.
  • Uso de la técnica de “luz de gas” o gaslighting. El chantajista emocional cuestiona los recuerdos o percepciones del otro, inventando escenarios que nunca ocurrieron y estableciéndolos como la realidad.
  • Hacer un favor a la otra persona para crear una sensación de deuda. El chantajista te hace un favor aparentemente incondicional, para posteriormente generarte una sensación de que “le debes algo por ello”.
  • Uso de la ley del hielo. En este caso, el chantajista decide no actuar de forma directa, sino que genera un contexto en el que deja de hablarte, ignora tus mensajes, responde de forma seca, y te lanza miradas de desaprobación y decepción. Esto genera una sensación de angustia e incertidumbre, donde la víctima busca al otro para disculparse y parar la situación. Pasado el tiempo, el chantajista acaba “perdonándote”, e incluso haciéndote creer que no mereces dicho perdón, pero él te lo otorga por su bondad infinita.

Frases típicas de chantaje emocional

  • Autocastigo: “La verdad es que soy horrible por haberte tratado mal, no merezco que me perdones, de hecho, prefiero que me abandones porque alguien como yo no merece que le quieran”.
  • Amenazas contra la salud: “¿En serio vas a comportarte de esa manera? Sabes que estoy mal del corazón y vas a acabar haciendo que me de un infarto”.
  • Luz de gas. “Pero no te acuerdas de que te dije que hoy no podía estar contigo? Te lo dije el otro día cuando estábamos en el parque. Me da rabia que no te acuerdes de lo que te digo, me haces sentir que no me escuchas o que me invento las cosas”
  • Falsos favores: “¿No quieres darme todo el dinero que has ahorrado? O sea, yo te he estado dando de comer y dándote un techo toda la vida y ahora no eres capaz ni de hacerle ese favor a tu madre”.
  • Ley del hielo: En el caso de mensajes, es frecuente que esté largo tiempo sin contestar, y cuando lo hace, es mediante monosílabos o frases cortas y secas como “Vale”, “Ok”, “Lo que tu digas”, etc.

Cómo actuar ante un chantajista emocional

  • Ser consciente de todas las señales para poder detectarlas. Si te encuentras en esta situación, lo ideal es que te parases un momento a analizar si estás siendo víctima de chantaje emocional.
  • Cortar la relación. A veces uno debe ver hasta qué punto le conviene cortar la relación con esa persona, ya que, si vuestra dinámica es esta, y no parece que vaya a cambiar, lo más sano es alejarse.
  • Poner límites. Si estás en una situación donde es difícil cortar lazos con el chantajista, es importante que aprendas a poner límites independientemente de lo culpable que te haga sentir. Una vez establezcas los límites, es posible que el chantajista haga todo lo posible por derribarlos, lo cual será especialmente aversivo para ti, pero si quieres salir de esa dinámica y no estar bajo su control, debes ser capaz de dar un espacio a dicho malestar, facilitando que la persona pierda el control que tiene sobre ti y tus emociones.

Identifico las señales, pero no soy capaz de poner los límites, ¿qué hago?

A veces identificamos los signos y sabemos cuando alguien nos conviene o no, pero no nos vemos capaces de salir de ahí.

Esto puede deberse a múltiples motivos:

  • Miedo a perder el vínculo. En ocasiones nos aferramos a falsas promesas por miedo a perder a alguien importante, pues preferimos vivir en una situación de ansiedad y ambivalencia antes que transitar el miedo a la pérdida.
  • Miedo a la soledad. Si el chantajista es algún familiar cercano o una pareja con la que llevas mucho tiempo, es especialmente difícil establecer los límites. Esto puede deberse a un miedo atroz a que estas figuras te abandonen, así como un miedo a creer que no vas a encontrar nada mejor.
  • Desde pequeño te han hecho creer que tus emociones no importaban, y que debías estar para cuidar a otros. Esto ha desencadenado que hoy en día, de manera automática, reprimas tus emociones y focalices tu atención en hacer que otros se sientan bien, lo que a su vez facilita que seas propenso al chantaje emocional.
  • Falta de autoestima y necesidad de validación constante. Aunque una dinámica de chantaje emocional es nociva, a veces permanecemos en ella por lo que esta “nos aporta”. Y es que uno se siente bien cuando consigue satisfacer los deseos del chantajista, ya que le hace sentir válido como familiar, pareja, etc. Además, el chantajista también valida al otro cuando cumple con sus deseos, y es precisamente esta validación la que en muchos casos hace que no podamos salir de la situación. Esto es común en personas que nunca fueron vistas o validadas por sus padres, o que solo se les recompensaba cuando eran útiles para otros.

Es importante que identifiques si te encuentras en alguna de estas situaciones, ya que eso facilitará que en un futuro te posiciones y seas capaz de poner límites. También es importante que te apoyes en otros vínculos sanos que te ayuden a salir de dicha situación o que incluso busques ayuda profesional si dispones de los medios para ello.